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Una década sin ningún rastro de la docente Graciela Quiroga

En el comienzo de este 2024 se cumplieron 10 años de uno de los mayores misterios de nuestra zona: la desaparición de Graciela Quiroga. El 23 de febrero de 2014 fue la última vez que se vio a la directora de la escuela Nº 6076 “Unidad Nacional” de Pavón. Desde entonces nada se sabe de ella y sigue figurando en el Sistema Federal de Búsqueda de Personas Desaparecidas y Extraviadas – SIFEBU, sin que alguien haya aportado pista alguna.

El domingo 23 de febrero de 2014 Graciela Quiroga, en ese entonces de 60 años de edad, directora a punto jubilarse de la escuela Nº 6076 de Pavón, regresaba en ómnibus de unas cortas vacaciones en Mar del Plata iniciadas el 5 del mismo mes. Tenía previsto descender en Villa Constitución, pero a último momento y por razones que aún se desconocen, decidió continuar viaje hasta la Terminal de Ómnibus “Mariano Moreno” de Rosario. 

En el transcurso de ese viaje, a bordo de una unidad de la empresa Lassaga, envió un mensaje a su ex pareja (quien luego diría que nunca lo recibió), hecho certificado por la empresa de telefonía, y otro al remisero que habitualmente la llevaba al City Center de Rosario. A este último le pidió que comunicara en la escuela que se tomaría otros dos días de licencia y que le reservara para el jueves siguiente un viaje al casino.

Alrededor de las 20 de aquel 23 de febrero Quiroga arribó a la terminal de Rosario y de allí, media hora después, habría tomado otro micro hacia la ciudad de Corrientes, al menos se sabe que compró un pasaje con ese destino. Por lo que pudo confirmar la Policía De Investigaciones (PDI), algunos pasajeros recordaban que una mujer viajó sola en el asiento que le correspondía a la docente, por lo que se supone que era Quiroga. Luego su celular apareció en poder de un cartonero correntino que aseguró haberlo encontrado en la basura de la terminal de esa ciudad del norte de nuestro país.

También quedó registrado que una mujer de nombre Graciela, pero con otro apellido tomó un ómnibus en Corrientes con destino a Córdoba. El número de DNI era el mismo que el de Quiroga. Allí se perdió el rastro. Cabe destacar que la cuenta bancaria de la docente no registró nunca más movimientos y en depósito quedó su último sueldo correspondiente a febrero de 2013. Si realmente era Quiroga, nadie tiene una explicación para su extraño -y aparentemente repentino- viaje y aún menos, sobre los motivos de su silencio. 

Búsqueda nacional

Tras un tiempo prudencial de su desaparición y cuando aún se desconocía su presunto viaje a Corrientes y Córdoba, comenzó a hacerse pública su desaparición. Sus sobrinas, Nadia y Jorgelina, y su cuñada, Graciela Rodríguez, todas ellas radicadas en Villa Constitución, iniciaron una activa campaña en los medios de comunicación. Posteriormente Rodríguez logró llevar el caso hasta el Ministerio de Seguridad de la Nación donde la Coordinadora del Área de Búsqueda de Personas Extraviadas, Dra. Leticia Risco, se ocupó personalmente del tema. 

Previo a ello, el martes 11 de marzo de 2014, a poco más de dos semanas de la desaparición, vecinos de Pavón, encabezados por el presidente comunal de la localidad, José “Pepe” López realizaron una volanteada sobre ruta 21, difundiendo el caso. “Los manifestantes exhortaron a todas personas que pueda aportar cualquier dato que pueda orientar la investigación, a que se acerquen a la Fiscalía de Villa Constitución”, informó por entonces Diario SUR. La volanteada se repitió una semana después sin resultado alguno.

Una muerte inesperada

Como la desaparición de Graciela Quiroga ocurrió en Rosario la investigación la inició en su momento la Unidad Regional II y en una reunión que se realizó en la Comuna de Pavón en marzo del 2014 estuvo presente para explicar los avances en el caso el jefe de la Agrupación Unidades Especiales (AUE) de esa regional, Crio. Inspector, Guillermo Morgans. Este murió poco después, el 10 de junio de 2014, acribillado por delincuentes en un presunto asalto a un telecentro de Rosario, aunque las sospechas apuntan a que fue una escena montada y que el verdadero objetivo era asesinarlo por una investigación relacionada al narcotráfico.

Un sospechoso

El único sospechoso en la causa fue la ex pareja de Graciela Quiroga, Mariano M., un hombre de 33 años, oriundo de Godoy pero que se domiciliaba en Rosario, donde trabajaba en una panadería. Aparentemente tenía la tendencia de mantener relaciones con mujeres mayores que él y cuando se lo citó para que declarara -dado que fue una de las últimas personas en contactarse con la docente-, tardó una semana en presentarse. Al hacerlo fue demorado ya que la Policía advirtió unas marcas sospechosas en sus brazos y cuando se allanó su departamento el procedimiento se vio entorpecido por la presencia de su hermano (un ex policía) y por dos menores que se encontraban en el lugar. Su auto también presentaba una llamativa limpieza, pero no se encontraron pruebas que lo vincularan con la desaparición de Quiroga y quedó en libertad. 

En Corrientes

A partir de las investigaciones realizadas por la Policía de Investigaciones y la Fiscalía villense, se fueron agregando piezas al rompecabezas cuando los pesquisas siguieron el rastro de la docente hasta Corrientes. Por razones que se desconocen el celular de Graciela terminó en una bolsa de basura en la misma terminal, aunque los investigadores sospechan que fue ella misma quien lo descartó y cortó así todo contacto. Si fue así, hubo un detalle inesperado que alteró su plan: los recolectores de residuos estaban de paro y el teléfono en lugar de terminar en el basural fue a dar a un predio donde la Municipalidad dispuso que se depositaran los residuos hasta el final del conflicto.

Cuando los residuos fueron depositados en ese predio, se encontraba en el lugar un humilde ladrillero. Sorprendido al ver que los camiones descargaban las bolsas de basura, lo tomó casi como un regalo, y se aprestó a cirujear. Fue así como halló una bolsa de nylon transparente que guardaba en su interior restos de paquetes de galletitas y un celular Samsung, aunque es difícil que apreciara la marca ya que es analfabeto. Lo llevó a su casa, y su esposa, que estudio hasta 6º grado comenzó a utilizarlo.

El teléfono

Cuando la mujer encendió el celular el Facebook de Graciela estaba abierto y fue así como en nuestra ciudad algunos de sus amigos se sorprendieron al ver actividad en la red social a nombre de la docente desaparecida. Esta historia fue corroborada por el personal de la PDI que se entrevistó con el ladrillero y su familia. 

De Corrientes los pesquisas trajeron otro dato que sigue aportando incógnitas al misterio del caso. La empresa Flecha Bus tiene el registro que una mujer con el mismo número de documento de Quiroga, pero que dijo llamarse Graciela González, abordó un micro en la fecha que la docente llegó a la terminal correntina. Si fue Graciela, es algo que no se pudo confirmar. Diez años después le misterio sigue y todo indica que solo la propia desaparecida podría develarlo. 

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