Tres escruches fueron perpetrados entre la noche del miércoles y la madrugada de ayer. El más importante fue en el boliche Malibú, de barrio Ing. Acevedo (ex Primucci), del cual los delincuentes sustrajeron bebidas por un valor estimado en 50 mil pesos además de 4 televisores, equipos de audio e iluminación y 3 mil pesos en efectivo en cambio. Otro de los robos fue en una vivienda de Daniel Segundo al 1200 y el restante en un comercio de Rivadavia y Jujuy dedicado a la elaboración y ventas de empanadas.
“Me tiraron la puerta, me vaciaron el boliche de bebidas, llevándose 6 cajas de champagne y otras tantas de Frizzé, 6 pack de Speed, 5 cajones de fernet, granadina, vodka, gin, whisky importado, whisky nacional; me llevaron 16 cajones de cerveza llenos; Coca Cola no me dejaron nada, lo que más lamento son los envases”, sintetizó en primer término Carlos Ávila, propietario de Malibú. A ello le sumó “4 televisores, 2 potencias y 4 parlantes, 2 sistemas de iluminación, que son los que poníamos afuera y que no eran míos”. También sustrajeron 3 mil pesos en billetes de 10 y 5 pesos.
Allanamientos
Sobre el cierre de nuestra edición la Policía De Investigaciones (PDI) estaba realizando cuatro allanamientos en barrio Estanislao López relacionados con el robo a Malibú en base a una denuncia efectuada sobre el mediodía de ayer que permitió orientar rápidamente las pesquisas hacia los presuntos autores del robo. Dada la celeridad con la que se montó el operativo se confiaba con poder recuperar todo lo robado.
Más de 20 robos
En tanto en el local de ventas de empanadas, Aiken (antes La Baska), de Rivadavia y Jujuy, un solitario delincuente ingresó alrededor de las 4.20 de ayer y su accionar quedó grabado en la cámara de seguridad con que cuenta el comercio. Para acceder violentó la reja de la vidriera que da sobre calle Jujuy, de la cual forzó dos barrotes, y luego destrozó el cristal, de aproximadamente 2 metros de alto por 1.50 de ancho, cuyo costo de reposición es considerable.
“Rompió la reja, rompió los vidrios e ingresó y adentro estuvo un minuto y medio. Cuando suena la alarma sale corriendo y se va”, explicó Rosendo Cerella propietario del comercio. “Otras veces se llevaron vinos, no hay otras cosas, no podemos dejar nada porque sabemos que vienen y roban”, explicó Cerella. “Es más el daño que lo que robaron, hacen daño y se van”, lamentó. La cantidad de robos es alarmante, “con esta son 20, 25, 30, ya ni me acuerdo. Hace 18 años que está el negocio acá y son muchísimas veces”, señaló.
Indignación
El otro hecho ocurrió el miércoles, alrededor de las 20, en una vivienda de Daniel Segundo al 1200. Allí los ladrones violentaron una ventana, ingresaron y revolvieron las habitaciones, presuntamente buscando dinero. “Me levantaron la persiana de adelante y salieron por la puerta del frente”, explicó Claudia, dueña de casa y de un kiosco céntrico, quien se mostró muy indignada por los reiterados robos que sufrió. “Se llevaron una notebook, una tablet y unas ocas alhajas de oro. El robo no fue grande, fue el desorden. Me siento violada, ultrajada”, manifestó.
