El miércoles, en la sede del Concejo, se llevó a cabo el reconocimiento a la actividad desarrollada por la Cooperativa La Cokera.Ltda., como un emprendimiento de interés social para la ciudad. Esta distinción fue impulsada en primer momento por el concejal Oscar Heredia y avalada por el resto de los ediles.
“La Cokera tuvo sus inicios en el 2011 luego del cierre de Paraná Metal, ahí se empezaron a notar las necesidades y surgieron algunos conflictos”, comentó Leandro Lezcano el presidente de la cooperativa, rodeado por sus compañeros, luego del reconocimiento y las fotos de rigor. Ese fue un tiempo convulsionado para la ciudad, pues, de un momento a otro se esfumaron cientos de puestos de trabajo, en un marco en el que la ciudad ni la zona presentaban la capacidad de reabsorber la mano de obra expulsada.
En ese tiempo, un grupo de personas comenzaron a frecuentar los lugares donde la siderúrgica local Acindar, disponía los residuos metálicos, para recolectarlos, reciclarlos y venderlos, con el fin de ganarse un sustento que les permitiera paliar las necesidades que padecían. Al tomar nota de esa problemática, y teniendo en cuenta de la peligrosidad para la salud del manejo de esos residuos descartados de la fundición, Acindar, la Municipalidad y los recolectores comenzaron a trabajar en conjunto para encontrar una solución que fuera beneficiosa para las partes involucradas. En ese contexto, nace la idea de crear una cooperativa de trabajo que permitiera a estas personas dejar de desarrollar esa riesgosa actividad, manteniendo asegurando su sostenibilidad económica. Si bien, los residuos seguirían siendo la materia prima, no serían residuos metálicos sino materiales secos, como la madera, el vidrio o el papel.
“El proceso de formación formal de la cooperativa duró una año y medio”, prosiguió Leandro, “Pero las gestiones no se frenaron, además del material que nos aportó Acindar, el municipio se sumó dándonos el trabajo de reciclado de residuos urbanos. Pero todo eso llevó gestión y tiempo”.
La Cokera hoy
La semana pasada, el concejo municipal aprobó la incorporación de los 10 integrantes de este emprendimiento como personal provisorio por 60 días, para realizar tareas de mantenimiento, limpieza y reciclado. “Este convenio sirve para ir ayudándonos económicamente, hasta que nosotros podamos desarrollarnos con el inicio del reciclado. Hoy le estamos brindando servicios a la Municipalidad, en lo que es limpieza, pintando cordones y colaborando en lo que el Municipio necesite para tener una ciudad más ordenada”, afirmó el cooperativista.
Hoy, la Cokera cuenta con un predio con servicios y un lugar para almacenar y reciclar los materiales que consiguen, pero su ambición va mucho más allá, “queremos solucionar el problema de todos, hoy somos 10, pero aún quedan 40 o 50 personas sin empleo. La idea es aumentar el volumen de reciclado para poder ir incorporando esa gente”. Según Leandro, el 80% de los residuos son reciclables, pero se echan a perder porque al no haber tratamiento domiciliario, los desechos recuperables se mezclan con otras cosas que los arruinan o les disminuyen el valor final. Allí hay un potencial tremendo de cosas que hoy se descartan y que quizá mañana puedan ser reutilizadas, dándole la posibilidad de trabajo a una persona y consiguiendo al mismo tiempo un entorno más saludable.
Cuestión de tiempo
Los miembros de la Cokera saben bien que los resultados de su esfuerzo no serán inmediatos ni sencillos, que demandan cambios en aspectos culturales, los cuales, generalmente, presentan una mayor resistencia. Por ese motivo, apelan a la difusión de sus actividades y a lograr una mayor concientización en lo que tiene que ver con el reciclado. “Hoy necesitamos el apoyo de todos, de las empresas, de la gente y las vecinales, para que esto crezca y sea sostenible en el tiempo” concluyó.
