Continúan los robos y los actos vandálicos en el Cilsa Club
El fin de semana el club tenístico sufrió un nuevo robo, en este caso de los equipos de iluminación y el sistema eléctrico, causando un grave perjuicio económico como así también un grave riesgo.
En los últimos meses, Cilsa Club, el club de tenis gestionado por el emprendedor Mauricio Uviedo y ubicado en el Parque Recreativo Cilsa, fue víctima de una serie de robos que dejó a su propietario desanimado y luchando por mantener a flote su proyecto. La situación es un reflejo de la creciente inseguridad en la zona y de las dificultades que enfrentan los emprendedores locales para proteger sus negocios. El último de los robos ocurrió el fin de semana pasdo.
Mauricio Uviedo, quien lleva más de 32 años en el lugar, compartió su frustración en diálogo con SUR. “Esto ya se viene repitiendo, lamentablemente”, comenta Uviedo al describir cómo el club ha sufrido robos de cables, una bomba de riego y destrozos en una red de tenis, entre otros daños. Estos incidentes, además de ser costosos, afectaron gravemente la operación diaria del club, que depende en su totalidad de los recursos propios de Uviedo.
El emprendedor señala la falta de apoyo tanto municipal como de la comunidad, a pesar de que su club es un espacio donde muchas familias del entorno han encontrado un lugar seguro para practicar deporte. "Yo soy un emprendedor, no recibo absolutamente la ayuda de nadie en ningún formato o a ningún nivel", afirma con firmeza. "Más allá que estoy en un ámbito municipal, quiero que se sepa que yo pago un canon, que yo tengo un medidor de luz, a mí nadie me regala nada".
La situación empeora cuando relata el último de los incidentes en el que los delincuentes robaron reflectores del club, trepando una columna de nueve metros para acceder a ellos. "Es una locura, encima es en toda la línea, todo el cableado en corto", dice Uviedo, visiblemente afectado por la situación.
Desprotegido
A pesar de la existencia de cámaras de seguridad en la zona, Uviedo explica que estas no cubren el área del club, dejándolo aún más expuesto a nuevos robos. La falta de medidas de seguridad adecuadas y la inexistencia de garantías para su negocio son temas que Mauricio recalca con preocupación. "Creo que como sociedad estamos bastante complicados", reflexiona.
La realidad para Uviedo es dura. A pesar de sus esfuerzos por mantener el club en funcionamiento y brindar un servicio de calidad a la comunidad, se siente desprotegido y sin las garantías necesarias para continuar su emprendimiento. "Hoy llegué a las nueve y media y estaba todo levantado. Habían levantado los cables. Es una situación que verdaderamente es lidiar un poco con todas esas cosas, con el entorno.".
“Me siento perjudicado”
El costo de los daños materiales es significativo, pero más allá del impacto económico, Uviedo expresa su malestar emocional. "Ya te digo, no lo hago responsable a nadie, pero no deja de ser un paso atrás. Uno trata de llevar adelante el emprendimiento con mucho sacrificio y de un momento para otro te ocurren estas cosas y es volver para atrás para seguir adelante".
En la entrevista, Mauricio Uviedo también hizo un llamado a la reflexión, no solo sobre la situación de inseguridad que atraviesa su club, sino sobre la necesidad de apoyo y protección para los emprendedores que, como él, trabajan sin ningún respaldo externo. "Hay miles de variables donde por ahí se pueda pensar que yo estoy haciendo algún tipo de comentario desalentador. No, estoy hablando de lo que estoy sintiendo hoy. Realmente me siento incómodo y perjudicado de no poder hacer mi trabajo como corresponde".
Necesidad de garantías
Con más de tres décadas de dedicación al club y a la comunidad, Uviedo expresó su deseo de que se tomen medidas que le brinden garantías, ya sea a él o a quien venga después, para poder continuar desarrollando su proyecto sin el constante temor de ser víctima de nuevos robos.
"Creo que es hora de empezar a tomar ciertas medidas que nos otorguen garantías", concluyó Uviedo. Mientras tanto, la lucha por mantener vivo su emprendimiento continúa, con la esperanza que algún día las cosas mejoren.