Una familia fue víctima de una violenta y planificada entradera

Un comerciante local, su esposa y su pequeña hija, fueron víctimas de dos asaltantes que ingresaron en su vivienda de Eva Perón al 1100, en la noche del jueves. Los delincuentes actuaron utilizando el método de “entradera” ya que esperaron que el dueño de casa regresara de su trabajo y en momentos en que estacionaba su vehículo dentro del garaje, accedieron al interior, lo redujeron apuntándole con armas de fuego y lo maniataron con precintos cruzándole las manos por detrás de la espalda.
Según relató la familia asaltada a Diario EL SUR, el atraco ocurrió alrededor de las 20.30 del jueves cuando Ariel Spolli, de 47 años de edad, titular de la concesionaria de automóviles Spollicar, regresó como todas las noches a su casa luego de cerrar su comercio. En su casa lo aguardaban su pequeña hija y su esposa Gabriela, de 44 años, quien está embarazada y espera a dar a luz en los próximos días. Al parecer esta rutina fue bien estudiada por los maleantes ya que se movilizaban en un utilitario Fiat Strada rojo, que según varios vecinos fue visto durante la semana en la cuadra, incluso estacionado a metros de la casa asaltada.
En principio esto no despertó sospechas ya que ese lugar es de gran movimiento vehicular debido a que hay un lavadero de autos, otros comercios y el depósito de una maderera. Incluso los malvivientes vestían buzos de una empresa metalúrgica villense, por lo que no llamaron la atención, hasta que con los hechos consumados afloraron los recuerdos de los vecinos.
Amenazados
Según registros de cámaras de seguridad, la Fiat Strada estacionó casi frente a la casa de Spolli momentos antes que este ingresara al garaje. Una vez que estacionó, los dos asaltantes, portando pistolas, lo atracaron, le precintaron las manos y lo arrojaron al piso. Allí uno de los delincuentes se le colocó encima, amenazándolo y exigiéndole la entrega de todo el dinero que tuviera. El comerciante logró convencerlos que no tenía efectivo en su poder, por lo que le sustrajeron el celular y la billetera con toda la documentación.
Acto seguido uno de los asaltantes, utilizando las llaves del comerciante, irrumpió en la casa donde estaban Gabriela y su pequeña hija. Apuntándole con la pistola a la niña, volvió a exigir dinero, y la respuesta de la mujer fue la misma de su esposo: en la casa no había efectivo. Tras decirle: “Y encima estás embarazada”, el sujeto tomó el celular de la víctima y la billetera con toda la documentación personal. No se sabe si los delincuentes tenían la intención de permanecer en busca del botín que suponían había en el domicilio porque ocurrió algo inesperado que los obligó a huir.
Reacción desesperada
Mientras uno de los hampones le exigía a la mujer el dinero, el otro dejó maniatado y encerrado en el garaje al comerciante, pero este, desesperado por lo que podía pasarle a su esposa, hizo un enorme esfuerzo, se incorporó y, con las manos atadas a su espalda, se arrojó contra el ventanal del garaje, construido con un vidrio reforzado. Finalmente logró romper el cristal, el que estalló en pedazos provocando un gran estruendo que algunos vecinos interpretaron como disparos de arma de fuego.
Este incidente sorprendió a los asaltantes que decidieron huir sin llevarse más que las billeteras con la documentación y los celulares de las víctimas, como así también las llaves de la casa, por lo que esa misma noche hicieron cambiar todas las cerraduras.
Cabe destacar que, como consecuencia de romper el vidrio del ventanal del garaje con su cuerpo, Spolli terminó ensangrentado producto de los numerosos cortes que sufrió, aunque ninguno de ellos de gravedad. No obstante fue asistido por personal del SIES que llegó una vez que lograron dar cuenta al 911 de lo sucedido.
Huida
Según testigos, la Fiat Strada tomó por Eva Perón al oeste, para luego doblar por calle 12 de Octubre en contramano hasta Ing. Acevedo y perderse de vista.
Está a cargo del caso la fiscal Eugenia Lascialandare y el personal de la Agencia de Investigación Criminal que ya le tomó declaración a las víctimas a la vez que está realizando la toma de testimonios de testigos y el relevamiento de cámaras de seguridad.
Como corolario de lo sucedido y ante los numerosos rumores que corrieron con información errónea, es necesario aclarar que: no hubo disparos de arma de fuego; Spolli no fue golpeado por los delincuentes, sino que sus heridas fueron producto de romper el vidrio del garaje con su cuerpo. Y que el vidrio fue destrozado por la víctima para salir y no por los delincuentes para entrar.