La Escuela Bulgasari, una tradición del arte marcial local

A cargo del 6° Dan Raúl Aguirre, la escuela Bulgasari de taekwondo lleva 23 años vigente en la ciudad con su sede en Sacachispas, con sus clases los lunes, miércoles y viernes para todas las edades desde las 19.30hs. Actualmente también funciona en el Tango Club.
“Seguimos firmes en la vida deportiva de la ciudad. Todos los lunes, miércoles y viernes son los entrenamientos de 19.30 a 20.30 para infantiles, y de 20.30 a 22hs para mayores. En Sacachispas llevamos 23 años presentes con Bulgasari y en lo personal desde el año ’87. Nuestro trabajo es día a día trabajando, hoy con un promedio de 50 alumnos en una muy buena cifra por todo lo que nos tocó vivir, como la pandemia, de la que también sacamos cosas buenas como la de valorar la libertad de hacer lo que sentimos”, comenzó la charla el Maestro Aguirre.
Hoy, desde un lugar de supervisor, Aguirre dedicó su vida a una forma de vida y traspasar estos valores: “Junto con mi Maestro tomamos, hace un tiempo, una decisión que es la que yo de un paso al costado para que hoy la escuela en Sacachispas la dirija Cintia Aguirre, y continúe el Maestro Guillermo Roda con su escuela que antes estaba en Riberas y hoy en el Tango Club, quienes realizan su trabajo cada uno con sus ideas y métodos de trabajo, siempre tratando de ir para adelante con fuerza, juventud, experiencia, para que el mensaje de la escuela Bulgasari continúe vigente”, indicó.
En referencia a los valores y mensajes de la escuela, destacó que “Entre los principales está enseñar el respetar al prójimo y hacer respetar lo que un hace. El arte marcial me deja la enseñanza de vida de buscar la paz, algo muy contradictorio a lo que uno puede creer que es venir a hacer arte marcial que pue ser venir aprender a pelear, pero en realidad esto es aprender a defenderse con la seguridad de no necesitar pelear, sin dañar al de enfrente.”
Sobre los beneficios del taekwondo, enumeró varios: “Pueden venir a la escuela aquellos con intención de competir, y también la persona que viene para sentirse más segura en la calle sin intenciones de competencia, sólo de tomar las clases. El arte marcial te da seguridad personal, y entre las más destacadas es la de saber evitar una pelea más que hacerla. Esa es una meta de trabajo para nosotros, el transmitir ese mensaje, Mi hermano José, yo, nos abemos lo que es pelear en la calle porque siempre nos mantuvimos con mucha paz interior, que es lo principal a inculcar.”
El año
El 2023 recién comienza, y el año que se viene tiene programación completa.
“La gente tomó conciencia de la importancia de la actividad física después de la pandemia, para el cuerpo y para la salud mental. Cuando me preguntan por qué sigo firme en el taekwondo después de tantos años, es poque entre otras cosas hoy es mi terapia. A esta altura de mi vida no podría dejar de hacer taekwondo”, dijo Aguirre.
“A corto plazo, el domingo que pasó tuvimos nuestra primera competencia en Rosario, una provincial, y luego tendremos mesa de examen de cinturones negros para abril, con dos alumnos buscando subir a este grado mientras que Cintia Aguirre buscará rendir 3° Dan, después de muchos años de práctica y preparación ya que comenzó a hacer taekwondo a los tres años”, agregó.
Dejar un legado
Para Aguirre, como supervisor enfoca sus objetivos en dejar legado de la permanencia de la escuela en los maestros y sabones nuevos, generacionales: “Es importante que destaquemos que tenemos pocos cinturones negros porque nuestra meta siempre fue primero formar a una persona para que esté capacitada para ser cinturón negro, y eso no se logra en dos, tres o cinco años, sino es un proceso de un tiempo más largo. Por ejemplo, los dos alumnos que rendirán este grado en abril tienen diez años de antigüedad. Es muy importante que los danes, sabones, estén preparados y capacitados para asegurar la continuidad a los valores de la escuela y del arte marcial.”
Pro último, al hablar de sus 26 años dedicados al taekwondo, concluyó sonriente que “lo más lindo que me deja el arte marcial es la gente que ha pasado por nuestra vida, por nuestra escuela, chicos que hoy son grandes y que incluso hoy vienen con sus hijos, como Emilce, que cuando empezó conmigo tenía 7 años. Es un balance hermoso y muy positivo el haber dejado una vida en esto.”