Un remisero fue engañado por dos pasajeras y asaltado en Rosario  

Un remisero de la agencia 470010 vivió una traumática experiencia al ser asaltado por delincuentes armados que lo llevaron a una villa de Rosario en la noche del viernes. “Recibimos una llamada a las 4 de la mañana, me consultan por el valor de un viaje a Rosario ida y vuelta. A raíz de todos los robos que estamos sufriendo hay un protocolo que implementamos en la agencia que es identificar a las personas que van a viajar en horarios no normales a la ciudad de Rosario”, informó el agenciero Roberto Cristini.

Cristini acordó el detalles con la persona que llamó, incluso fueron dos las comunicaciones. Cumplimentado estos trámites envió uno de los coches a Entre Ríos al 300, lugar desde el cual fue requerido el viaje. “Eran dos chicas jóvenes, muy bien vestidas, era imposible saber que eran delincuentes. Simulan que salen del porche de este edificio y que hablan por el portero diciendo que el vehículo ya estaba en el lugar. El chofer con mucho atino implementa el protocolo, le pide el documento a las chicas y por banda radial me da los datos de las personas, número de documento, nombre y apellido y comienza el viaje”, relató Cristini.

Según el chofer el viaje fue ameno, “donde se le consultaba si tenía familia, si tenía hijos, pero antes de llegar al destino en la ciudad de Rosario, lo interceptan dos motos, una se le pone adelante, la otra se le pone a la par, esgrimiendo armas de grueso calibre”, refirió Cristini. Entonces las jóvenes se revelan como cómplices de los asaltantes y colaboran en sustraerle dinero y todos los objetos de valor. “Lo trasladan a una villa de emergencia, manifiestan que lo van a matar. El dice que tiene familia y entonces intercede una de las jóvenes diciendo que se había portado bien con ellas, que no les había faltado el respeto. No sé si es parte del ardid o realmente tuvieron piedad”, señaló Cristini.

Una vez despojado de todos los objetos de valor, incluso de sus zapatillas, “supongo que en un  acto de nerviosismo pretende bajar del vehículo y un delincuente le realiza un disparo a la altura de la pierna, sin impactarlo. Le dice que se quede en el molde, que esta vez va a zafar y que se retire de la villa de manera cauta, sin hacer lio, sin tocar bocina, sin ir a los gritos, que había dos personas -que las pudo ver- en la entrada de la villa con armas de fuego y que si hacia algún movimiento extraño lo iban a cocinar”.

Una vez que se alejó de la villa llevándose su auto detuvo al primer móvil policial con el que se cruzó, pero el personal le admitió “que no pueden entrar a la villa porque los van a recibir a balazos”. Tras lograr salir con vida de este trance, “el chofer está bien, pero en estado de shock”, aseguró Cristini quien manifestó su asombro y preocupación por “la impunidad” con la que se mueven los malvivientes, quienes no tuvieron reparo en dar a conocer sus identidades y documentos.