Porvenir Talleres ganó la etapa regular

Porvenir Talleres ganó la etapa regular
Rojo celebra el tanto que le dio el primer lugar al Monstruo.
Rojo celebra el tanto que le dio el primer lugar al Monstruo.

La apasionante etapa regular del torneo de primera división de la Liga Regional del Sud llegó a su final tras un desenlace muy cerrado, que culminó con el enfrentamiento entre Porvenir Talleres y Empalme Central en La República, una cancha que lució repleta, cargada de hinchas que llegaron con la ilusión de celebrar.

Era el encuentro decisivo. El fixture, calendario o quizás el destino había estipulado que Empalme Central, líder, debía enfrentar al tercero en discordia, Porvenir Talleres, en la última fecha, que también incluía en la definición a un Central Argentino que viajaba a Arroyo Seco para jugar ante ASAC.

La resolución no daba muchas variantes. Si Empalme Central ganaba, se quedaría con el primer lugar, el empate ya le abría una chance a Central Argentino, que debía traerse si o si los tres puntos, y la victoria del Monstruo lo ponía en el primer lugar, pero para eso el Lobo no tenía que ganar. Todo podía pasar.

Exactamente a las 16.10 empezó el encuentro. Con un planteo similar, ambos equipos fueron a buscar el resultado de entrada, jugando con dientes apretados, presión alta e intentando no tener ningún descuido que le permita a su rival quedarse con la victoria.

En esos primeros 45 minutos prácticamente no hubo situaciones de gol, más que alguna u otra aproximación. El Monstruo era un poquito más, pero no sacaba demasiada diferencia ni estaba preciso en los últimos metros. Central, en tanto, se había mostrado impreciso y le costaba un poco más llegar al arco, pero no perdía los estribos y se mantenía ordenado.

Vega estuvo intratable. El volante jugó un gran partido.
Vega estuvo intratable. El volante jugó un gran partido.

El partido era difícil de ver. Los equipos abusaban del pelotazo y el juego se hacía demasiado cortado, ya que eran pocos los que intentaban jugar por abajo. Nadie arriesgaba demasiado. Era una cuestión de detalles, y quién se equivocaba lo podía pagar muy caro.

Las noticias empezaron a llegar desde Arroyo Seco. ASAC ganaba y Central Argentino se empezaba a quedar sin posibilidades: la definición se centraba netamente en el encuentro entre Talleres y Empalme Central.

Luego de un cerrado primer tiempo, el complemento se hizo presente para culminar con la primera parte del torneo y conocer a su ganador. Un empate le bastaba al Canalla para celebrar, pero Porvenir Talleres sabía que solamente un gol lo ubicaría como el mejor equipo de la primera parte del año.

La diferencia final

Empalme Central comenzó más sólido ese segundo tiempo, pero fue Talleres el que marcó. Gabo Rojo tuvo su momento: el 9, en el noveno minuto de la segunda mitad, tomó una pelota ingresando por el sector izquierdo al área y con un zurdazo cruzado venció la resistencia de Rocuzzo, para hacer delirar a toda la parcialidad local.

Era la ventaja, la cima y la clasificación a la final. Porvenir Talleres solamente debía aguantar el resultado y esperar que Central Argentino no revierta la historia en Arroyo Seco.

En esos minutos, Empalme Central fue por el empate. Desordenado, jugando largo, sin poder plasmar la idea que tanto resultado le había dado durante el campeonato, pero demostró coraje para ir en busca de una igualdad que por el trámite del partido parecía lejana.

Talleres se mostraba sólido atrás y en cada contra parecía que podía liquidarlo, porque llegaba con superioridad numérica, sin embargo, el resultado se mantuvo hasta el último minuto, donde el visitante tuvo su gran chance.

Una corajeada de capitán: Lucas Delgado se mandó al ataque y aguantó la pelota en el borde del área, donde fue derribado. Un minuto quedaba. Él mismo, uno de los mejores manejadores de pelota parada de la liga, tomó la pelota y la acarició con el botín derecho dirigiéndola al palo del arquero. Tomasini voló, la pelota parecía que se iba, pero empezó a bajar e impactó en la parte superior del travesaño.

Luego del pitazo final, se desataron los festejos por el primer lugar.
Luego del pitazo final, se desataron los festejos por el primer lugar.

No hubo tiempo para más. Se desataron gritos y festejos en La República. Medidos porque falta mucho, pero celebrando la importancia de haber llegado primero, de estar en la final del año, definir todas las series de local y además de haber ganado con autoridad, buen juego y carácter todo lo que tenía que ganar.

Fue un justo vencedor. El más regular en un torneo que tuvo un arranque espectacular de Empalme Central y la solidez de Central Argentino. Sin embargo, el Monstruo se sobrepuso. La historia no está definida: queda un reducido cargado de grandes equipos que podrán reforzarse. Sin embargo, el primer objetivo está cumplido. Talleres tiene motivos de sobras para celebrar.

 

 

 

 

 

 

 

Redacción El Sur

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