Asaltantes armados irrumpieron en una casa de barrio Los Tilos

Asaltantes armados irrumpieron en una casa de barrio Los Tilos
Carlos Arnijas agradeció a Dios que los delincuentes no le causaran daños.
Carlos Arnijas agradeció a Dios que los delincuentes no le causaran daños.

Una familia de conocidos comerciantes estuvo a merced de una banda delincuentes que irrumpieron con armas de fuego en su vivienda en la noche del viernes. El violento asalto tuvo lugar en Moreno al 2400 donde residen Carlos y Alberto Arnijas, de 41 y 74 años respectivamente, a quienes les sustrajeron dinero en efectivo y diversos objetos de valor. La policía estima que los asaltantes son de nuestra ciudad ya que conocían la identidad de sus víctimas, incluso a una de ellas la llamaron por su nombre y apellido, y además se habrían movilizado a pie.

“Fue un susto, gracia a Dios no pasó a mayores”, expresó Carlos Arnijas en diálogo con Grupo Del Sur. “Nos entraron 9 menos cuarto (de la noche). Voy a atender la puerta de mi casa, me llaman por mi nombre, y se me ganan adentro y nos roban”, relató. Consultado sobre la cantidad de delincuentes indicó que no puede decirlo que certeza, aunque estimó que podían ser “cuatro personas. Uno a cara descubierta que es el que me habla primero y después otros encapuchados”.

“Al primero trato de evitarlo -continuó Arnijas-, pero enseguida entran -para mí- tres personas más y lo reducen a papi. Unos lo ponen a mi papá en una pieza, a mí y a mi mamá en otra. Tratan de sacarnos datos para robarnos, en el momento nos piden plata. Nos amenazan, a mi me dicen que le van a hacer algo a papi, a mi mamá que nos van a hacer algo a nosotros. Nos van amenazando para que hablemos. En el momento les digo que no hagan nada, que les doy lo que tengo del negocio”.

 

“Lo tenía visto”

Más allá de las amenazas Arnijas señaló que los ladrones fueron tolerantes aunque al no encontrar lo que buscaban se fueron tornando “un poquito más agresivos” pero “no nos golpearon”, salvo en el forcejeo para ingresar. Asimismo aclaró que abrió la puerta no solo porque la persona lo llamó por su nombre, sino “porque la tenía vista del negocio” y que le dijo que venía a preguntarle por algunos artículos. “Tenemos que dar gracias a Dios que no nos golpearon”, reiteró para luego agregar que “sonó el teléfono, se asustaron y se fueron, tuvimos esa suerte”.

Asimismo indicó que “tampoco hicieron mucho daño, no rompían las cosas, revolvían dónde le indicábamos”. Finalmente el botín no fue tan suculento como esperaban los delincuentes, “robaron un poco de dinero (alrededor de 16 mil pesos), una Play Station que tenía a mano; les di un celular, la recaudación del negocio que era un poco de la noche. Objetos de la casa no. Buscaban dinero, y cuando encontraron una plata se conformaron y salieron”.

 

Tirado en el piso

Finalmente detalló que durante el asalto lo tuvieron  tirado en el piso “y cuando le di las cosas, en un  momento me dicen:-‘ Vos vení’. Y medio como que me arrastró un poco, creo que a lo mejor para poder salir, como rehén. Me empujaron un poco y cuando me arrastran me engancho con una manijita de una puertita del placard. Y le digo. -‘Pará que estoy enganchado’. Y me dicen: -‘Quedate ahí’. Y se fueron. Tuve la suerte que zafé ahí y realmente no me hicieron nada. Gracias a Dios”.

 

 

 

 

Redacción El Sur

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