Reparto de puntos en Empalme


Fue el resultado que ninguno de los dos estaba buscando, pero que terminó cerrando una tarde de idas y vueltas, polémicas y mucha pasión en un clásico que, como siempre, llenó de color la localidad de Empalme.
Verdes y Canallas fueron poblando las tribunas de la Superpileta desde bien temprano. Los bombos y las canciones se podían escuchar desde todas las instalaciones del club, que se preparaba para vivir una nueva edición de uno de los partidos más vibrantes de la zona.
Los equipos llegaban con distintas realidades pero las mismas necesidades: la de conseguir la victoria. No solamente se trataba de un encuentro ante su eterno rival, sino que además se ponían en juego puntos claves para el futuro de los dos. Central defendía la punta y Atlético se jugaba una de sus últimas cartas en busca de clasificar.
Pasadas las 16.10, Pablo Ocampo dio el pitazo inicial y comenzaron las acciones. Desde el primer momento se vio que la intención de los equipos era similar, controlar el juego, manejar la pelota por abajo, abrir la cancha y buscar a su referente de área con constancia.
A pesar de que el trámite no tenía un dominador claro, Central se mostraba más peligroso. El conjunto de Scheggia era más preciso a la hora de encontrar espacios, rápido para el contragolpe y un poco más profundo que el equipo local, que le costaba tener situaciones de gol.
El visitante pudo haberse puesto en ventaja en la primera mitad. En un contragolpe que estuvo muy bien trabajado por la gente de Central, Diago Paez enfrentó en un mano a mano al arquero Botti que lo achicó muy bien y le impidió la apertura del marcador.
Dos minutos más tarde, Delgado tuvo un tiro libre desde afuera del área que el arquero Botti otra vez resolvió con solvencia. El Canalla empezaba a ser más cuando se dedicaba a jugar y ya merecía la ventaja ante un equipo con muy poca profundidad, que mostraba buen manejo pero le costaba muchísimo llegar al arco rival, ya que sus únicas dos llegadas claras al arco fueron con centros aislados y dos remates de sus laterales que se fueron muy lejos. A pesar de la igualdad al finalizar la primera mitad y del pobre juego mostrado por ambos equipos, Central mostraba que el juego le era levemente favorable.
Complemento de emociones

No pasaron ni cuatro minutos de arrancado el complemento que Brian Cardozo se encargo de ratificar lo premeditado. El 9 tomó una pelota suelta en el área y casi cayéndose al piso clavó un derechazo cruzado que hizo estallar a toda la gente de Central, dándole una ya merecida ventaja a su equipo.
El resultado hizo que el equipo local adelantara peligrosamente sus líneas. La intención de buscar el arco rival era clara, pero también era inminente el peligro de recibir otro gol que sentenciara la historia.
La chance estuvo para el Canalla. El incansable “Flaco” Cardozo le ganó la posición a Arce en un pelotazo largo y definió por encima de la rápida salida de Botti, pero la pelota se fue por encima del travesaño y no pudo marcar el segundo gol.
Consciente o inconscientemente, con mérito propio o por la forma del rival, Atlético logró empezar a jugar en campo contrario. El técnico mandó a la cancha a Arballo y después a Barreto, con tal de encontrar la igualdad. El ex Porvenir Talleres tuvo una clarísima, Medina tuvo otra que sacó Rocuzzo. La balanza empezaba a inclinarse para el lado de Atlético, con un Central más replegado que apostaba a un contragolpe que defina la historia.
Empate y polémica
Cuando faltaba poco y parecía muy difícil que el resultado se revierta, llegó la igualdad. Corrían 33 minutos del complemento cuando la pelota pasó la línea de fondo habiendo pegado en un jugador del Atlético, sin embargo, la terna arbitral marcó el tiro de esquina. Y si, se venía venir: luego de la indignación de los jugadores canallas, un centro al área se le escapó de las manos a Rocuzzo, que había tenido una buena actuación, y le quedó a Barreto que la empujó de cabeza en el segundo palo para lograr la igualdad.
El Verde festejaba e iba por el triunfo, el Canalla, en cambio, mostraba su indignación con la terna arbitral y sobre todo con el primer juez de línea. El partido se había desvirtuado y había cambiado profundamente su trámite.
En el final, ambos fueron por la victoria, pero los nervios y la desprolijidad pudieron más y ninguno pudo llevarse los tres puntos. Luego del pitazo, un sabor agridulce recorrió a ambos equipos. Más en Empalme Central, por la ventaja y por la forma en que se dio la igualdad, pero Atlético también se sintió que pudo haberse llevado algo más. Otro gran espectáculo llegó a su fin. Verdes y Canallas tendrán cuatro partidos claves donde se pondrán en juego sus objetivos.