Carta Abierta

Como ciudadana me siento con la obligación moral de responderle al concejal Adolfo “Fito” Araujo su carta abierta publicada el 29-07-16 por este mismo medio.

“Fito”: no te sientas con culpa de haberle fallada a la comunidad. Es la comunidad la que ha fallado por no saber valorar el patrimonio tan valioso como el predio de la ex fábrica Cilsa. Un espacio verde único en la ciudad que comunica calle San Martín con el río Paraná y su costanera también hoy abandonada.

Los que formamos parte de la Comisión Preservadora sabemos de tu lucha permanente desde el año 2002 a la fecha. Y para los que desconocen la historia de la ex textil Cilsa, en pocas palabras les puedo sintetizar como actuaron nuestras autoridades ante los reclamos de nosotras, las ex trabajadoras: “Ya no queda tela para cortar”; “Cilsa se deshilacha”; eran los titulares del diario local en el año 1998. Año de la famosa “Revolución  Productiva”.

Revolución Productiva que dejó sin trabajo a cientos de trabajadores textiles.

Que ante la angustia y desesperación hizo que nos dirigiéramos a solicitar ayuda a las autoridades de aquel momento. Como respuesta sólo recibimos soberbia e indiferencia. Sólo escuchábamos “Cilsa murió”. Nada los movilizaba. Ellos tenían seguro su puesto de trabajo.

Seguimos la lucha y en el año 2000, con nuevas autoridades  y nuevas esperanzas apostamos a la recuperación del predio. ¿Pero saben que respuesta tuvimos?: “Es una propiedad privada no podemos hacer nada”.

Seguimos insistiendo, no bajamos los brazos. En el año 2005, después de cinco años de lucha, se logró comprar el predio con la finalidad de “recuperar y preservar como espacio verde y patrimonio histórico”. Tal cual lo dice la placa colocada por los mismos funcionarios de entonces, el día 14 de febrero de 2006.

Después de diez años de gobierno nada de eso se cumplió. Ni se recuperó ni se preservó; se destruyó. De ese periodo de gobierno quedó de un bellísimo espacio verde, un campo todo roto y revuelto, más un montón de chatarra producto de un “Mirador al río” que no se llegó a concretar, cuyo costo es de 262.000 pesos (se puede ver en el portal, el cartel del proyecto).

Hoy 1º de agosto de 2016 le respondo con profundo dolor al concejal Larrañaga que “ir para adelante” no significa “atropellar” ya la Dra. Ferreyra que “dar vida a un espacio verde” no significa destruir un patrimonio histórico sustituyéndolo por una pista de atletismo que ningún ciudadano villense pidió. Que con buena voluntad y menos soberbia podrían haber estado las dos cosas juntas.

Me siento decepcionada, angustiada y estafada, primero por la empresa y ahora nuevamente por el gobierno de turno al ver que no se valora ni respeta la historia de nuestra ciudad.

Sólo les puedo decir y en esto soy reiterativa; en esta querida ciudad se gasta más en destruir que en construir.

En cualquier parte del mundo aunque todo sea una ruina se recupera, se restaura y se conserva como patrimonio histórico y se valora como una “reliquia”. Aquí en Villa Constitución la convertimos en una montaña de escombros sin valor alguno.

Como contexto de lo vivido quiero extraer algo positivo de toda esta historia. Hay un viejo refrán que dice: “no hay mal que por bien no venga”, ya que hoy el gobierno municipal se encuentra en pleno y feroz operativo de seguridad por peligro de derrumbe; les hago memoria ya que toda la zona de barrancas hace más de 20 años que está en igual situación.

Por allí no pasa ocasionalmente alguien que pone en riesgo su vida. Allí viven muchas familias que esperan día a día que le den solución a dicha problemática.

Espero que no se acuerden de ellos cada vez que llueve para socorrerlos solamente o para las fotos de las campañas políticas.

 

Delia Manzano

Ex trabajadora de Cilsa e integrante de la Comisión Preservadora

 

 

 

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