Falleció Carlos Wiciak


La impactante noticia llegó el martes por la noche. Unas horas antes, en Rosario, había fallecido un referente deportivo para la ciudad que dejó impreso su nombre en la historia del fútbol local y de Porvenir Talleres. Se trataba de Carlos Wiciak, que fue jugador profesional de fútbol, director técnico y dirigente. La causa de su muerte fue un problema coronario. Varias horas después, ya en el día miércoles, familiares y amigos despidieron sus restos en la Cochería Santa Fe.
Un apasionado del fútbol, amante y gran partícipe de la historia del deporte local, cumplió el sueño de ser jugador profesional. Llegó a jugar en River y también tuvo un paso por Banfield, entre otros equipos del interior.
Posteriormente, volvió a la ciudad para convertirse en un ícono importantísimo de Porvenir Talleres. En 1985, tras varios años en el que el equipo “tallarín” no formara parte de la Liga Regional del Sud, en el club se conformó una comisión de fútbol donde Wiciak estuvo presente junto a Rubén Fontanella, José Gasparini, Carlos Sosa, Alberto Bianco, Pedro Girotti, entre otros. Momento donde se le da el nacimiento al tradicional apodo de “El Monstruo”.
Wiciak fue un integrante habitual de la mesa chica de Play Boy por las mañanas, y también colaboró activamente con la gestación del famoso tren de la victoria en 1986, año donde fue entrenador pero no pudo quedarse con el campeonato.
Más adelante también tuvo un paso como técnico por distintos equipos como Riberas del Paraná y Empalme Central.

Etapa dorada como entrenador de Talleres
En 1995, “Vichaca” consiguió el tan ansiado título. Fue entrenador y gran artífice de dos títulos inolvidables para el Monstruo: el primero en 1995, donde ganó de punta a punta desatando la fiesta tras golear 4 a 0 a Unión. Fue uno de sus títulos más preciados, ya que hacía años que venía trabajando para cumplir ese objetivo. “Esto es extraordinario, no hay palabras que lo puedan expresar porque te toca todas las fibras. Uno es muy hincha de Talleres, se hizo hombre aquí y mi hijo viene al club. Arrancamos con un grupo de trabajo en el 86’ y no se nos pudo dar. Era como una espina, porque Talleres no se merecía ese tipo de castigo. Ya pasó, ahora quiero festejar”, le había confesado al por entonces Diario Del Sur un emocionado Carlos Wiciak minutos después del pitazo final.
Solamente dos años después, ya en 1997, Porvenir Talleres se despediría del fútbol por un largo tiempo pero no sin antes de dar una nueva vuelta olímpica de la mano de “Vichaca”, quién volvía a ser entrenador y se consagraba campeón nuevamente.
En ese entonces se jugaban dos torneos cortos, el apertura que había sido ganado por Atlético Empalme y el clausura, donde se impuso el Monstruo. Posteriormente ambos equipos se enfrentaron en una final, que tras un empate 2 a 2 se definió en los penales dándole un nuevo título a Wiciak. Minutos después del pitazo final, el dt expresó: “Les recordé lo que significa la camiseta de Talleres. A pesar de que parece que estamos dormidos, cuando se juegan cosas importantes los de Talleres aparecemos desde debajo de la tierra como si fuéramos hormigas. Les dije que en nuestra cancha había que dejar todo y dedicarle el título a la gente que vino a la cancha”.
El después
Meses más tardes, problemas internos en el club hicieron que Porvenir Talleres dejara de participar de la Liga Regional del Sud por un largo tiempo.
Más adelante, Wiciak fue elegido presidente de la institución en un periodo donde tuvo adeptos y críticas hacia su conducción.
Desde la vuelta de Porvenir Talleres a la Liga Regional del Sud, “Vichaca” asistía siempre a todos los partidos, ubicándose en la tribuna que está a la izquierda de la entrada, su lugar habitual, donde acompañó hasta el final a su equipo.