Franca oportunidad

Por @fortunamariano

Aproximadamente veintidós años después de la gesta del proyecto, la Provincia firmó el contrato de concesión para la administración y explotación de la Zona Franca Santafesina. Más de dos décadas, el tiempo suficiente como para generar un descrédito en el público tan extendido como las peripecias por las que la iniciativa atravesó en semejante plazo. Pero más allá del debate que bien podría darse sobre las responsabilidades de cada estamento y funcionario interviniente durante todos estos años, la cercana posibilidad que las obras en el predio comiencen de una vez por todas, además de generar expectativas, resulta un punto de anclaje para pensar la ciudad a futuro.

Un hecho de estas características siempre ofrece una buena oportunidad para realizar una evaluación sobre las condiciones actuales que la ciudad presenta, y, sobre todo, del posible impacto que tendrán nuevos emprendimientos sobre el desarrollo de los próximos años. Aún sin querer realizar aventuradas predicciones sobre los efectos reales que tendrá la Zona Franca, la situación actual de Villa Constitución obliga pensar seriamente, en que la falta de adecuación infraestructural a la suma de cualquier movimiento (mucho o poco, da igual) de personas y maquinaria, redundará en el agravamiento de ciertos aspectos que hoy se presentan como problemáticos, y en la generación de nuevos inconvenientes.

Tomemos a manera ilustrativa el caso del tránsito y el importante flujo de vehículos de gran porte que circulan por las calles de la ciudad. Aún cuando los complejos siderometalúrgico y portuario (dos actividades que generan grandes movimientos logísticos), no hay tenido crecimientos significativos, la infraestructura prevista al respecto luce cada vez más insuficiente, y la ciudadanía hace notar su disconformidad con el hecho de que las obras solventadas con sus impuestos se expongan a una degradación creciente. Nótese también, que la situación de la inadecuación entre infraestructura y tránsito puede ser aplicada a otros aspectos relacionados con servicios, como el transporte y la seguridad; y a cuestiones medulares que presentan serios déficits, como el ordenamiento urbano y el crecimiento de asentamientos en zonas periféricas (y no tanto), que no cuentan con ninguna prestación.

Falta de planificación
Tal como está, la ciudad parece mostrar en su fisonomía un cierto “desencaje” propio de la ausencia de planificación, que ha derivado en una zonificación que confunde círculos densamente poblados con industrias y emprendimientos de variado tipo, lo cual genera permanentes problemas de convivencia y otras derivaciones. Si bien esto puede achacarse, en cierta medida, a la propia dinámica industrial y urbana de la historia reciente, gran parte de la cuestión radica en la falta de tutoría y proyección por parte del Estado en este proceso. Si esto continúa de esta manera, es altamente probable que situaciones potenciales que hoy aparecen como manipulables, pueda resultar en una severa complicación si no se abordan a tiempo. Pues, ya tenemos la experiencia de lo que significa voltear la vista ante la proliferación de problemáticas que con el tiempo se transforman en asuntos de complejísima resolución.

Oportunidad para cambiar
Por tanto, sea la Zona Franca en su expresión final un emprendimiento monumental o uno modesto, la situación actual y el horizonte de mediano largo plazo plantean un importante desafío, y la necesidad de generar una planificación de la ciudad en términos de un desarrollo sostenible. Cabe entonces, apuntar en dirección de políticas (llámese plan regulador y estratégico) que provean a la administración actual y las futuras, herramientas institucionales (no discrecionales ni caprichosas), que marquen nítidamente el camino que la ciudad debe seguir de aquí en adelante, y gestionar ante la Provincia la asistencia necesaria para llevar a cabo lo que esté fuera del alcance del municipio.
El abordaje de cuestiones como los asentamientos, la masiva marcha por seguridad y la firma del contrato de Zona Franca son hitos recientes que comportan un significado que no se agota en los hechos en sí. Son una oportunidad para cambiar el eje de la discusión, son un chance para plantear una visión superadora de la ciudad en el futuro.

Mariano Fortuna

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