Un pescador rescató a los tripulantes del remolcador

Un pescador rescató a los tripulantes del remolcador

“Estoy agradecido a Dios por haberme puesto en el lugar del accidente del barco y poder salvar a ocho personas, a pesar que mi canoa fue chica pude ayudar a esas ocho personas y lamentó  no haber podido salvar a la novena”, expresó poco después del hundimiento del remolcador “Campeador”, el pescador Luciano Blanco. Oriundo de barrio Unión, ayer alrededor de las 9.30, se dirigía en su embarcación, de 4,50 metros de eslora, hacia la isla cuando advirtió lo que ocurría en el río.
“Cuando iba hacia el trabajo observo que el remolcador tuvo un problema, se dio vuelta y se empezó a hundir, así que tomé la decisión de volver para ver si podía ayudar”, relató a Diario EL SUR. “Yo iba hacia la cancha de Rupani y el remolcador venía bien, no sé muy bien cómo fue el accidente, veo que pega el tirón y empieza a darse vuelta”, detalló. “Cuando voy llegando veo a la gente que empieza a subirse arriba del remolcador que ya se había dado vuelta. Me arrimo y llevo los que puedo a la costa y también ayudo a los que estaban en el agua”.
“Saqué algunos que estaban arriba del barco, llevé a esos hacia la costa mientras estaban otros en el agua, les tiré un salvavidas. Después, cuando iba llegando, los otros que estaban arriba, al hundirse el barco, se tiraron al agua”, manifestó el pescador. En ese sentido reiteró que fue el primero en llegar al lugar del siniestro mientras que los tripulantes del buque que arrastraba el Campeador, el “Amity”, “les tiraban salvavidas pero no llegaban porque estaban lejos”.
“Cuando yo llego trato de calmarlos para que no suban todos a la canoa porque si no, no íbamos a poder ir todos. Así que les pregunto quiénes saben nadar para llevar primero a los que no sabían, por las dudas que se hundiera rápido el barco. La verdad que era todo muy complicado porque estaban muy desesperados”, recordó. “Mi canoa puede llevar a seis personas, pero llevaba mis herramientas, así que puede subir a cuatro, hacia la costa. Después cuando volví  los subí para esperar el barco de Prefectura”, indicó.
Sobre su providencial presencia en el lugar Luciano expresó que “en el río suelen pasar cosas, por lo que trato de pedirle a Dios que no me pasen a mi porque uno sale a trabajar y no sabe si vuelve; pero una circunstancia como esta no creía que me pudiera pasar a mí. Por lo menos Dios me puso en ese momento ahí para ayudar”.

Redacción El Sur

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