Violento asalto en la casa de empresario

Cuatro delincuentes encapuchados y armados irrumpieron en la casa del dueño del transporte El Tero, Oscar Abraham Moreno, de 78 años de edad, quien se encuentra postrado en una silla de ruedas y se llevaron una suma de dinero que ronda los 10 mil pesos aunque su objetivo era una caja fuerte que no pudieron violentar. El asalto ocurrió en la madrugada del martes cuando los maleantes sorprendieron a un empleado de la firma transportista en momentos en que este abría el portón del garaje de la vivienda ubicada en Entre Ríos 244, pleno centro de la ciudad.
En un primer momento los asaltantes redujeron al empleado, Arturo González, de 62 años, poniéndole un arma de fuego en la cabeza y obligándolo a franquearles el paso al interior de la vivienda. Los malvivientes demostraron poseer datos precisos tanto del movimiento de la casa como de la familia del empleado ya que para amenazarlo dijeron conocer a su esposa e hija, a quienes llamaron por su nombre de pila. Pese a ello lo golpearon en reiteradas ocasiones, causándole una herida en el cuero cabelludo, en la parte superior de la cabeza y hematomas en el rostro.
Aproximadamente a las 6.15 del martes González arribó como todos los días a la casa de Oscar Moreno y se dispuso a ingresar por el garaje. Para ello debe abrir un portón de rejas y en ese momento “me agarraron acá en la puerta, me apuntaron cuatro tipos y me metieron adentro”, explicó a Diario EL SUR. “Una vez que me tuvieron adentró me empezaron a pegar acá, acá y acá, (describió señalando las marcas en diversas partes de su rostro), después me tiraron al suelo y me pegaron unas cuantas patadas. Y después me mandaron a que sacara el perro, me llevaba uno apuntando, saqué el perro y me llevaron adentro y me dieron”, agregó.
“Tené cuidado”
La víctima aseguró que los cuatro individuos portaban armas de fuego y en determinado momento le dijeron: “Tené cuidado, no hablés, que nosotros conocemos a la Patri y a la Luli”, en referencia a su esposa e hija. También conocían el nombre del perro que le obligaron a sacar, Artur, lo cual demuestra que llegaron con una logística previa bien estudiada. “Me dijeron que no dijera nada, que no gritara, me llevaron adentro (de la casa), me pegaron, me tiraron al suelo y me cubrieron la cabeza con un cubre almohadón que había ahí y después no vi nada más”, detalló.
Los delincuentes intentaron en vano abrir la caja fuerte existente en la casa la cual “no tiene llave, hace veinte años que no se abre”, afirmó González. Al parecer creían que podían encontrar una cantidad importante de dinero, un dato que, en este caso, resultó erróneo, por lo cual comenzaron a revolver cajones hasta hacerse con una suma estimada por el empleado en “aproximadamente 10 mil pesos y algunos dólares, pero otra cosa no”. Parte de ese dinero lo tenía el propio Moreno en su dormitorio, donde a esa hora se encontraba aún durmiendo. Otro monto “se lo había dejado a la señora que lo cuida para que comprara remedios”.
Huida
Luego de hacerse con el dinero los delincuentes tomaron un teléfono Nextel y las llaves de la casa, tanto del garaje como del frente de la vivienda. Y salieron tranquilamente por la puerta de ingreso para darse a la fuga con rumbo desconocido. Según pudo apreciar González antes de ser reducido, los delincuentes se habrían movilizado en un Dodge 1500, en el cual se habría encontrado un quinto individuo.
Una vez que pudo recuperarse y ante la falta de teléfono se dirigió a la casa vecina para solicitar ayuda. El vecino, despertado por el acuciante sonido del timbre, sin saber lo que ocurría, se comunicó con Comando Radioeléctrico dando cuenta que había alguien llamando a la puerta de su casa con insistencia y no lograba ver quién era. Inmediatamente se comisionó personal policial y fue así como se informaron de lo sucedido. Investiga el hecho la Agrupación Unidades Especiales con conocimiento de la Fiscalía de nuestra ciudad.