Talleres se llevó un clásico emocionante

En un partido vibrante hasta el último minuto, Talleres superó a Riberas por 4 a 3 y se quedó con el segundo clásico del año. El equipo de Callegari lo perdía a falta de cinco minutos y pudo darlo vuelta en el final. Con este resultado, el Monstruo se ubicó a un pasito de la clasificación y Riberas se quedó sin chances de pasar a la siguiente ronda.
Los domingos donde hay fútbol siempre son distintos. Se respira otro aire, se está pendiente de la hora esperando con ansiedad que empiece a rodar la pelota. Y ni hablar, un domingo donde hay un clásico, cuando la expectativa es más grande, cuando las emociones se vuelven más intensas y el partido se disputa mil veces en la cabeza antes de hacerse realidad.
Desde horas antes del comienzo del juego, en la cercanía del estadio La República ya se vivía el ambiente especial que en nuestra ciudad solo posee el partido de Talleres y Riberas. Mucha gente se acercaba a sacar su entrada, otros cantaban al ritmo de los bombos mientras contaban los minutos. Todo estaba preparado para que sea una fiesta.
Lamentablemente, en las tribunas no se iba a poder tener a las dos hinchadas presentes. Por los incidentes que se habían vivido en el partido que se disputó en el estadio de Riberas, la policía había aconsejado que no concurra público visitante a este encuentro y fue lo que finalmente se determinó.
Solamente habían pasado 10 días del choque de ida, en donde el Monstruo se había impuesto por 3 a 1 en condición de visitante. Ahora le tocaba ser el anfitrión y con solamente público local, una ventaja que le podía llegar a jugar en contra de acuerdo a como se llevara a cabo el desarrollo del juego. Talleres llegaba obligado tras la derrota en Arroyo Seco y sabía que tenía que ganar para quedar solamente a un paso de la clasificación a la siguiente fase
Por su parte, Riberas venía de recuperarse con una agónica victoria sobre Central Argentino, que le había dado vida en la competición y lo dejó con serias oportunidades de clasificar. Para eso, dependía de sí mismo y de llevarse los tres puntos en el clásico, ya que de lo contrario se despedía de sus chances en la competición.
Pasadas las 20.15, los equipos salieron juntos al campo de juego detrás de la terna arbitral. El local vestía su camiseta habitual, mientras que La Academia se visitó completamente de color rojo.
En busca de su segunda victoria frente a su eterno rival como entrenador, Joel Callegari mandó al campo de juego a: Riganti; Garay, Britos, Pérez, Cabral; Guerra, Cortez, Rodrigo Álvarez, Heredia; Gastón López y Héctor Álvarez. Mientras tanto, Rolando Salinas quería traerse un triunfo en condición de visitante y salió a la cancha con: Botti; Ramos, Ponce, Fuentes, Vangioni; Ramírez, Muñoz, Bronzone, Reinoso; Izarra y Salvatierra.
Las imprecisiones se hicieron constantes en los primeros minutos de juego. El partido arrancó parejo, con llegadas en los dos arcos pero sin claridad y con el pelotazo como el medio más utilizado para generar peligro.
La idea del Monstruo era darle la pelota a sus volantes y apostar a la precisión que tienen para asistir. Por su parte, Riberas estaba bien parado atrás en buscar de una contra que le permita explotar la velocidad de Izarra y de Salvatierra.
Con el correr del tiempo, Talleres empezó a manejar la pelota por abajo, intentando proyectar a sus laterales y superar a la férrea defensa que había parado Salinas. La movilidad de López, Rodrigo Álvarez y Heredia era lo más desequilibrante que había mostrado el conjunto local, que le costó superar a la línea defensiva visitante y cuando lo hizo se encontró con la inmensidad de Botti, quien volvió a tener un papel clave en la primera mitad para cuidar el arco del equipo Albirrojo.
Cuando Talleres había generado las mejores situaciones, estaba manejando la pelota con tranquilidad e intentaba no apurarse para resolver, apareció la apertura del marcador por parte de Riberas. Salvatierra se escapó en velocidad y definió con gran categoría ante la salida de Gastón Riganti. 1 a 0 y al local se le complicaba el asunto, porque le había costado generar peligro y el nerviosismo del gol se iba a hacer notar.
En los últimos minutos de la primera mitad Facundo Vangioni sufrió un golpe que lo dejó afuera del partido. Y, pese a que el conjunto “tallarín” intentó reaccionar, no tuvo la certeza necesaria para reponerse del golpe y terminó con el marcador abajo. El visitante era ordenado atrás, tenía un arquero que respondía a todas las que le tiraban y fue certero a la hora de la definición. Por eso, se fue al descanso con la mínima ventaja.
Segundo tiempo
En el segundo tiempo se vivirían minutos intensos llenos de emoción por los dos lados, de esos que hacen del fútbol uno de los deportes más apasionantes que hay: 6 goles, cambios en el resultado varias veces y muchas jugadas de riesgo donde el público se ahogó con el grito de gol. Todo lo cerrado y trabado que se había vivido en la primera mitad se transformó en conversiones y espacios
Talleres salió a la cancha con los mismos once jugadores con los que terminó la primera mitad, demostrando que, pese al resultado, las formas de buscar el triunfo no varían. Por el lado de Riberas, la salida por lesión de Vangioni hizo retroceder más a Carlos Izarra, que ocupó toda la banda izquierda y se centró un poco más en la marca, desplegando un sacrificio enorme, porque fue partícipe tanto a la hora de atacar como cuando había que marcar las subidas del lateral derecho del Monstruo.
En el momento que salió el visitante al campo de juego se observar fuegos artificiales cerca del Estadio, por lo que, pese a no poder estar presentes, la gente del equipo de las dos avenidas demostró estar pendiente y al tanto de lo que estaba ocurriendo en el transcurso del partido.
El complemento se planteó de la misma manera que la primera mitad. El Albirrojo le dio la pelota al local y se paró esperando salir de contra, ya que al estar obligado por el resultado, Talleres iba a tener que venir a buscar el gol del empate. De movida, el Monstruo se mostró impreciso y parecía nervioso ante la solidez que hasta ese momento mostraba la defensa visitante y la poca suerte con respecto al arco contrario.
Pero cuando no se encuentran los caminos, hay que darle la pelota al 10. Esa frase, que fue utilizada miles de veces, refleja fielmente lo que pasó en el equipo “tallarín” en el segundo tiempo. Gastón López se puso el traje de líder y empezó a derribar puertas, encarando, asistiendo, siendo peligroso cada vez que tocaba la pelota. Por él y una jugada magnifica que Botti despejó al corner, llegó el córner de la igualdad, donde apareció Héctor Álvarez para empujarla y darle el merecido empate al equipo de Callegari.
No pasaron dos minutos que volvió a aparecer. Si, López, el que es una clara muestra de peligro. El volante ofensivo tomó la pelota, dejó en el camino a un par de jugadores que querían terminar con sus planes y envió un derechazo al ángulo, que pegó en el travesaño y pico antes de meterse para ser un poco más espectacular todavía y más inalcanzable para el buen arquero ribereño. Lo daba vuelta el Monstruo. La gente local explotó, un poco por la situación y otro poco porque no podía creer haber visto semejante golazo.
Luego de gol, Talleres empezó a mover la pelota, a hacer lo que mejor sabe hacer, tocar, rotar, moverse. Parecía que todo se encaminaba a ser una fiesta tranquila. Pero no pasaron dos minutos, que Riberas tuvo una llegada y consiguió la igualdad. Una serie de rebotes adentro del área que no pudo conseguir la defensa y llegó Becker para enviarla al fondo de la red estampando el 2 a 2.
Volvían a nacer las esperanzas de Riberas en el partido. Volvió a mostrar que es un equipo duro, que posee buenos jugadores y al que no hay que darlo por muerto en ningún momento.
El partido no daba tregua. No pasaron ni dos minutos otra vez que la situación se volvió a complicar para los locales, porque el equipo de Salinas volvió a llegar. Y luego de una jugada dudosa, el árbitro concedió penal para los visitantes. El encargado de patearlo fue Ponce, el defensor que acumula una buena cantidad de goles en el certamen. Le pegó fuerte cruzado y la pelota fue al fondo de la red, ante un Riganti que adivinó el palo y pese a su esfuerzo, no pudo quedarse con el balón.
Otra vez el conjunto de las Dos Avenidas arriba en el partido. Y cada vez faltaba menos para el pitazo final, eso hacía que el conjunto del “Roly” retrocediera cada vez más para ir agotando las chances del empate de su rival y parado de contra. Lo pudo haber ganado si no fuera porque el arquero local le atajó una pelota de gol a Salvatierra.
Pero la historia tenía preparado otro final. Talleres buscaba. Iba con los costados, intentaba asistir por el medio, buscaba con la velocidad de López, con el Manejo de Guerra, con la subida de los laterales. Y las imprecisiones no le permitían conseguir el empate.
Con el resultado a cuestas, Callegari mandó a la cancha a Lorenzo Arballo y David Martínez con el objetivo de seguir sumando gente en ataque. Riberas con garra defendía la victoria, pero como en el partido ante Central Argentino, los últimos minutos le jugaban una mala pasada a los del fondo y, pese a que Botti respondió en un par de oportunidades, los tres puntos se les escaparon de las manos.
Las jugadas de peligro se empezaron a generar una tras otra sin suerte sobre el arco de Riberas. Pero luego de un tiro de esquina, el “Chino” Cortez mandó la pelota al fondo del arco con un derechazo y consiguió el empate para el Monstruo, que no gritó por su pasado en el conjunto Albirrojo. 3 a 3 sobre la hora y ya tenía un lindo gusto para la afición local, que sabía que seguía manteniendo una ventaja y dependiendo de si mismo para clasificar.
Sin embargo, todavía quedaba tiempo por jugar. Los minutos finales fueron claves para que volviera a aparecer Gastón López, y tras otra corajeada, enviara un centro que “Yaya” Álvarez empujó al fondo del arco. Gritos, emoción, desahogo. Todas las sensaciones se fueron en ese final, porque ya no había tiempo para más, porque el Monstruo repetía la historia y se quedaba nuevamente con el clásico, ante un Riberas que batalló, que puso todo y que no pudo. Gran victoria para el Monstruo. Inolvidable por la forma, merecida por el juego y potenciada por la rivalidad. Talleres vivió una fiesta que le costará olvidar.
Resumen
Fecha 4
Domingo
P. Talleres 4
Riberas 3
Goles: Héctor Álvarez 2, Nahuel Cortez, Gastón López (PT); Heber Salvatierra, David Becker, Jesús Ponce (RP)
Terna arbitral: Mauricio Lespinard, Daniel Torres y Sebastián Romero
Expulsado: No hubo
Cancha: Porvenir Talleres
Declaraciones
QUÉ SE DIJO
Gastón López
Tras el encuentro, Gastón López, una de las figuras, dialogó con Tribuna sur y brindó sus sensaciones de lo que le dejó el partido y lo que viene ocurriendo a lo largo del campeonato. “Creo que fue uno de los clásicos más lindos de los últimos años. Nosotros siempre intentamos jugar a pesar de que por momentos estuviéramos en desventaja. Morimos con la nuestra y gracias a Dios las cosas nos salieron como nosotros queríamos”, comentó el volante.
El 10 tuvo en su pierna derecha la clave para darle el 2 a 1 al Monstruo. En relación al golazo que hizo, Gastón expresó: “Hacía mucho que no pateaba de afuera, yo creo que la última vez que le pegué fue contra ASAC. Rodrigo me decía que pruebe de afuera, que tenía chances de hacerlo. Bueno, me animé, patee y por suerte se pudo meter”.
Pese a que el rendimiento había sido más que bueno en todos los partidos, Talleres sufrió un par de derrotas que lo había dejado en una situación complicada en la tabla. “Nosotros en cada partido queremos sumar puntos. Yo creo que en los partidos de ASAC no merecíamos la derrota, pero no vamos a bajar los brazos pase lo que pase. Queremos morir como estamos jugando y las cosas nos están saliendo, por eso el grupo le da para adelante en cualquier circunstancia de juego”, dijo el mediocampista ofensivo.
De a poquito, Joel Callegari va exponiendo la idea de juego que quiere para el equipo y pese a que los resultados varían, el estilo es el mismo. Con respecto a esta situación, López indicó: “El técnico nos plasma algo para que hagamos dentro de la cancha y nosotros lo obedecemos y tratamos de hacerlo. Cada vez que pasan los partidos lo vamos entendiendo más y vamos haciendo mejores jugadas”. Y para finalizar, agregó: “El torneo sigue. Ahora nosotros queremos disfrutarlo porque tuvimos muchos partidos seguidos y después ya el martes empezar a pensar en Fighiera y en ir a ganar allá”
Héctor “Yaya” Álvarez
Además, Héctor Álvarez, uno de los goleadores de la noche, también brindó sus sensaciones de lo que le dejó el clásico y aludió que “fue un partido muy difícil que empezó con el marcador en contra. Lo importante es que el equipo nunca se desesperó y, a pesar del segundo tiempo, lo pudimos ganar”. En referencia al trámite como se dio el encuentro, el delantero dijo: “Creo que ellos lo dieron vuelta en el mejor momento que estábamos nosotros y bueno, nos quedó ir para adelante como jugamos en todos los partidos y llegamos al empate para ganarlo en la última jugada, asique estoy contento con los tres puntos”.
Por fin, el goleador pudo cortar con la racha de no poder convertir y lo hizo justamente por duplicado frente al clásico rival. “Estoy contento. Jugué tres partidos y no estaba haciendo los goles pero lo importante era que mis compañeros siempre confiaron en mí. Yo sabía que en un momento se iban a dar los goles, no me desesperé, estuve tranquilo y lo bueno es que hoy se dieron dos y que fue con un triunfo”, enfatizó.
En relación a los objetivos que tienen por delante, “YaYa” fue cauto y declaró: “Talleres está en un momento de preparación. Nosotros sabemos que participamos de un torneo muy difícil y dentro de muy poco tiempo empieza la liga, pero de a poquito vamos mejorando, yo creo que el equipo se está entendiendo mejor y hay que seguir trabajando para llegar bien al comienzo de la liga”.
Para finalizar, Álvarez expresó que no importa quién convierta los goles y se centró en el grupo. “Hoy tenemos que pensar en Talleres que tiene que ser un grupo. Somos once que juegan, más todos los suplentes y tenemos que estar juntos para lograr el objetivo que es seguir de esta manera y estar bien en la liga para hacer las cosas lo mejor que podamos”, cerró.