El crimen de Solange: “Ella lo conocía, estoy muy segura de eso”

El crimen de Solange: “Ella lo conocía, estoy muy segura de eso”

La Jefatura de la Unidad Regional VI fue escenario ayer a las 13 de una reunión entre el Jefe de la repartición, Crio. Mayor Santos Aranda y de la madre de Solange Villalba, Betiana Arias, de 38 años. Posteriormente se sumó el presidente comunal Raúl Ballejos con el objeto de aportar toda la colaboración posible que pueda favorecer la investigación y, a la vez, organizar la marcha de hoy (ver aparte). Tras la reunión la madre relató a Grupo del Sur lo que se pudo reconstruir hasta el momento de las últimas horas de la vida de Solange.
“Lo único que yo sé es que salí de mi casa, el día sábado a las 11 de la noche, dejo a mi hija en mi casa, tranquila porque ella no era de salir. Le digo: ‘Pipin, no salgás. No mamá, me dijo’. Yo me voy confiada”, contó con la voz quebrada y con el evidente rastro de horas de llanto en sus ojos, apretando un pañuelo en su mano izquierda. Betiana regresó a las 7.55 del domingo  “y ella no estaba en casa, no había forcejeo de puerta ni nada, la llamo por teléfono y no me atiende, le mando mensajes y nada, la llamo, la llamo, le mando mensajes, la llamo y nunca me contestó nada”, graficó.
“Me llego hasta la casa del novio, el supuestamente estaba en un retiro espiritual, no sé porque no lo vi. Pero si estuvo lunes, martes, miércoles, en casa con nosotras y estaba todo bien. De ahí me fui a hacer la denuncia y nada más”, explicó Betiana.
Con referencia al cruel desenlace, no tiene explicación alguna. “Ella era una nena que no se metía con nadie, ni yo tampoco nunca tuve problemas con nadie. Ella era una chica solitaria, muy callada, vivía adentro. Es lo que le decía al comisario, las tres o cuatro veces que ha ido a un boliche ha ido conmigo. Siempre estuvo en un entorno familiar, nunca salió sola”, remarcó la madre.
Con respecto al asesino Betiana no tiene dudas: “Ella lo conocía, estoy muy segura de eso. Ella salió de mi casa porque lo conocía, eso lo aseguro, porque si no ella no salía de mi casa. Hay una vecina que la escuchó hablando por celular en la terraza de mi casa y que decía: ‘Ya voy para allá’ o ‘Ya nos encontramos’, no sé bien pero algo así”, indicó Arias.
Cabe señalar que la policía ya inició los trámites para pedir a la empresa de telefonía el registro de las llamadas y confían que esta información pueda suministrar datos que orienten la investigación.
“Lo único que pido es que colaboren, lo pequeñito que sea sirve, si la vieron, cómo la vieron, si vieron el auto. Por favor que la gente colabore. Ella era mi hija y no le hacía mal a nadie. Sólo pido justicia y voy a llegar hasta las últimas consecuencias”, concluyó entre llantos.

Sin pistas
“A las siete y media, más o menos, llegó el dueño del campo y salió enseguida para buscar a la policía”, relató uno de los trabajadores de la empresa Nuevo Central Argentino. El cuerpo de la joven “estaba semidesnudo golpeado atrás de la cabeza como con un machete o algo así, y había sangre por todos lados. Y se ve que el asesino quiso ver si estaba muerta porque pegó unas vueltas con el auto alrededor del cuerpo”, detalló el ferroviario.
El cuerpo fue levantado del lugar del crimen minutos antes de las 12 y derivado inmediatamente al Instituto Médico Legal de Rosario para la autopsia correspondiente.
Hasta ese momento se desconocía la identidad de la joven asesinada, la cual se confirmó sobre las 14.30. La hora de la muerte se estima entre las 3 y las 5 de la mañana y se comprobó que la joven mantuvo relaciones sexuales antes de morir ya que se encontró semen el cual fue extraído para el análisis genético. En tanto se maneja la hipótesis que estas fueron con el consentimiento de la joven y que este conocía a su asesino.
Si bien aún no se estableció el móvil del crimen todo hace pensar que quien o quienes hayan llevado la muchacha a ese campo ya tenían decidido darle muerte e intentar borrar las huellas quemando el cuerpo. Por el momento la muerte aparece rodeada por el misterio, la madre de la joven, Betiana Arias (ver nota aparte), expresó que ni ella ni su hija tenían enemigos ni problemas con ninguna persona. El padre de Solange, Miguel Villalba, es un obrero de Paraná Metal muy estimado por sus compañeros y se encontraba separado de Arias desde hace tiempo.
Los vecinos calificaron a Solange como una chica callada e introvertida. Tenía una relación sentimental con un joven de nombre Lázaro, de 17 años, domiciliado en Rincón de Pavón, el cual fue investigado por la Policía pero en el momento del crimen se encontraba en retiro espiritual ya que concurre a una iglesia evangélica y se descartó de plano su vinculación con el femicidio. Incluso Arias indicó que durante la semana el joven estuvo en su casa junto a Solange en varias oportunidades y no se advirtió ningún problema entre ellos.

 

Redacción El Sur

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