Nos visitó el histórico barco Fortuna

Nos visitó el histórico barco Fortuna

El Club Náutico Villa Constitución fue la orgullosa institución encargada de recibirlo y darle albergue durante un día en su zona de caleta.
A cargo del Capitán de Fragata y Comandante de dicho barco, Luis Tesolín, el Fortuna arribó a las costas villenses desplegando halo a historia en cada centímetro que avanzaba, agudizando, a su vez, la emoción de quienes lo aguardaban.
El simbólico barco estuvo más de dos semanas recorriendo el Litoral en casi toda la extensión del Paraná participando, como invitado destacado, de diferentes desafíos.
Uno de ellos, la regata alusiva al 50º aniversario del Club Velas de Rosario y, la segunda, la regata enmarcada en las celebraciones por los 200 años de la ciudad de Paraná uniendo ésta con Rosario que finalizó este domingo 31.
Estas localidades junto a Zárate, San Pedro, Diamante y Santa Fe fueron algunos de los puntos que visitaron, y Villa no podía quedar afuera.
Para que tengamos una noción del baluarte histórico que descansó en nuestras orillas, el Fortuna es un yate oceánico construido por el Ministerio de Marina de la Escuela Naval Militar realizado en el país, al igual que sus planos.
Su fin fue obtener una embarcación para uso de los cadetes de la escuela naval con buenas condiciones marineras, con proyecciones de salida al atlántico.
Fue construido de metal y madera con líneas de crucero oceánico, con capacidad para alojar hasta 12 personas con todas las comodidades necesarias para realizar una regata de largo trecho.
Su botadura se produjo el 22 de noviembre de 1949 y, después de esta reseña, vale destacar las palabras de su comandante al mencionar que “desde entonces se mantiene original, en el mismo estado de esa época y eso cuesta muchas horas hombres en trabajos de barnizados, pintura o eléctrico. Realmente está en impecables condiciones porque no sólo La Marina sino toda la comunidad náutica le tiene un profundo cariño por su simbología.”
Ésta, mucho tiene que ver con los tiempos en que los barcos argentinos comenzaban a desarrollarse para avanzar y empezar a medirse con los mejores del mundo.

Logros
Innumerables. Su primera victoria fue en la copa “Atlántico” de la Regata Buenos Aires-Mar del Plata de 1954, la que luego ganó tres veces más.
Posteriormente, hubo varios triunfos en circuitos rioplatenses como internacionales, hasta que presentó mediante su participación los diseños argentinos en la alta sociedad al participar de la Regata de Estados Unidos New Port-Bermudas de 1954, siendo quinto en la general.
La regata-Buenos Aires-Mar del Plata la ganó cuatro veces, dos el tramo Buenos Aires-Punta del Este y una vez la regata Buenos Aires-Río de Janeiro (1956). Incluso, dos años mas tarde se impuso en la regata Brest (Francia) – Las Palmas (Mallorca).
En 1966 se presentó en la Clase “A” de la New Port-Bermudas para ganarla, quedándose también con una victoria en la Cape Town-Río de 1971.
Las navegaciones de crucero que realizó el Firtuna fueron Ushuaia – a Islas de los Estados, y otras a las Islas Malvinas.
Hoy, a 64 años de su botadura, sigue siendo el mismo protagonista en categoría barcos clásicos.

De formación
Como contábamos anteriormente, Tesolín resaltó uno de los objetivos principales de su construcción como “un barco de instrucción de los cadetes de la escuela naval que son los futuros oficiales de la armada. O sea, sus primeros pasos en la navegación lo hacen en los veleros más chicos de la escuela como así también en el yate Fortuna. Incluso, yo era tripulante del Fortuna cuando era cadete del primer año de la escuela naval, y arranqué con él mi actividad dentro del equipo de competición de velas de la Marina.”
La tripulación del Fortuna recibe esa bienvenida especial en cada puerto que zarpa, ante las personas que se acercan para conocerlo y conocer un poco de esos años de oro que significaron la misma etapa para la náutica nacional.
Tesolín relató que “llegamos a diferentes lugares y la gente se acerca mucho, muestra mucho interés por su historia y a nosotros nos encanta que ellos pisen su cubierta. Nosotros hacemos todo posible para que los argentinos conozcan la historia de este yate e invitamos a todos a subir, incluso llevamos a timoneles del Náutico villense cuando partimos hacia Rosario, para que timoneen, disfruten el viaje y conozcan el Fortuna.”
Así, esta pieza histórica se perdió un viernes por la mañana hacia el horizonte rosarino dejando en las costas villenses una huella de poder. Pero no cualquier poder, sino ese diferente al resto que te da el hecho de ser protagonista de una historia como la del Fortuna, que te hace inmortal.

Redacción El Sur

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