Triatlón: Pasión, salud y contención

Triatlón: Pasión, salud y contención

Hay historias que valen la pena contar. Por varios factores. Por el esfuerzo, la razón, el espíritu de lucha y por la historia en sí detrás del protagonista.
En este caso fue el deporte la materia que nos contactó con Rossini pero, de fondo, encontramos una realidad que deja un mensaje de superación personal.
Comenzando su relato, Andrés nos contó que “un análisis arrojó que tenía colesterol del malo alto, y el doctor me dijo o ‘comenzás con la medicación o empezás a hacer algún deporte’. Así empecé corriendo y pedaleando hasta que encontré un afiche que decía triatlón en Arroyo Seco. Con mis primos intentamos participar pero faltaba sólo un mes y no llegábamos con el entrenamiento. Quedó el compromiso para el año siguiente y el primero que hice fue el del 2011 en distancia short.”
Desde la natación, el ciclismo y pedestrismos se han transformado para Rossini en un modo, una filosofía de vida: “Hoy hago natación en Riberas, ciclismo en la autopista aunque no esté permitido pero acá no hay nada para ir a pedalear, y pedestrismo en barrios de Villa con buen cemento. Haciendo esto desde tres años mejoré mucho mis valores de colesterol. Los análisis de la semana pasada dieron perfecto y eso a uno lo alienta más. Es mucho sacrificio, hará tres meses que me di el gusto de comerme un alfajor, pero todo está bien”, sintetizó en el más claro mensaje sobre la importancia de trazarse metas, y alcanzarlas.

Hazaña en La Paz
La prueba más importante de Sudamérica, que muchos atletas suelen toma de preparación para los Juegos Olímpicos como sucedió en la edición del 2012.
Participar de este desafío es un todo acontecimiento porque, entre todas las distancias, unos 700 referentes, de los mejores del continente en nivel amateur y profesional se reúnen para copar las cálidas calles paceñas.
En el 2012, su primera intervención en la distancia olímpica de 1500m de nado, 40km de ciclismo y 10km de pedestrismo, su registro fue de 3h18m.
Su instinto de superación lo llevó a establecerse la prueba 2013 para bajar su tiempo encarando, previamente, un intenso entrenamiento.
Rossini, al respecto, resaltó que “me fue mejor de lo que esperaba. Este año registré 2h39m, casi 40 minutos menos que el año pasado dando sus frutos la apuesta hecha con el duro entrenamiento.”
Comenzó en agosto con una sacrificada preparación que Andrés detalló: “Se empieza entrenando 2 o 3 veces por semana en natación una hora por día. Las rutinas de pedestrismo son de 40 minutos para arrancar, pedalear en la bici una hora por día, y después contraté un entrenador específico para mejorar y darle más intensidad a la rutina que antes conté”.
Es una exigencia física para pocos, así como la psicológica ya que la concentración, durante el tiempo de competencia, juega un papel preponderante: “Todo parte de la concientización. Uno sabe que tiene que entrenar todos los días en un máximo semanal de seis días o hasta a veces 13, 14 días de entrenamiento ininterrumpido. Después, en la carrera, uno encuentra mucha camaradería, mucha unión porque uno sabe que esto es puro sacrificio personal, para todos. Así que la cabeza tiene que estar cien por ciento en la competencia, siguiendo al que va adelante y cuando uno se empieza a quedar siempre aparece el de atrás que te da una palmada en la espalda y te empieza a empujar”; añadió mientras recordaba aquel atleta que iba en bici, vio una pileta, se desconcentró, se tiró, y no pudo volver al triatlón.

La superación
Haciendo una distancia olímpica un deportista podría quedarse conforme en ese recorrido. Pero cuando uno tiene naturalmente un carácter de autoexigencia y evolución, las metas comienzan a establecer parámetros más difíciles.
Así nació el objetivo principal para Andrés, el Iron Man, el triatlón mayor de 3800m de nado, 180km de ciclismo y 42 de pedestrismo que implica un tiempo de entre 12 y 17 horas, este último como máximo por reglamento.
Esta distancia todavía está lejos, pero el trabajo para llegar ya comenzó: “Mi objetivo es correr la distancia mayor y por a fin de año ya voy a correr un medio Iron Man, que son distancias de 1900m de nado, 90km de ciclismo y 21 de pedestrismo. Mi entrenamiento comenzará a apuntar a sumar más volumen que intensidad para llegar al Iron Man, tal vez en dos o tres años”, proyectó.
Y uno se puede preguntar por qué tanta exigencia con uno mismo, y las respuestas muchas veces suelen salirse de lo racional: “Esto es pura pasión, una pasión con la que me encontré de la nada. Si no hay pasión en algo así es imposible de hacer. Se trata de ver un video de triatlón y que se te ponga la piel de gallina, que no te importe el cansancio, sólo estar ahí”; expresó.
Conociendo el factor salud y el factor pasión, queda el de la contención para completar la trilogía. Es el factor que hace que el entorno corra también al lado del deportista. Y así lo avaló Andrés: “La familia tiene que ver en todo. No es sólo lo físico es la cabeza, lo psicológico en un 70% en la concentración, y para eso es básico el apoyo. Que te ayuden con el entrenamiento desde la alimentación, los horarios, que estén viendo que no te cansés tanto antes de la competencia, que siempre estén con uno”; dijo convencido.
La prueba principal de este año, ya lo dijo Andrés, será el Medio Iron Man en Rosario, para octubre. Previamente, la distancia olímpica lo espera nuevamente en Rosario, en marzo, para cerrar el verano.

Redacción El Sur

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