Seis mentiras sobre YPF. Por Alejandro Bongiovanni
1. El Estado pasa a controlar el petróleo y el gas que se produce en el país.
FALSO: Repsol-YPF sólo representa el 34% del mercado del petróleo (9 empresas más tienen el 48% del mercado, y el 14% restante está en manos de 45 empresas). En el gas, Respol-YPF tiene sólo el 23% del mercado, 9 empresas tienen un 61%, y el 6% restante está en manos de 45 empresas. Expropiando Repsol-YPF, el Gobierno controlará solamente 1/3 del mercado petrolero y menos del 24% del mercado del gas.
2. El subsuelo vuelve a ser argentino.
FALSO: Jamás el subsuelo argentino perteneció a otro estado. Repsol-YPF lo exploraba y explotaba, a cambio de cuantiosas regalías, servidumbres y cánones, con el estricto control del Estado Nacional.
3. Lo que Repsol-YPF daba a la Nación era poco.
FALSO: En 2011 la empresa ganó 5.296 millones de pesos, y abonó 11.111 millones de pesos en concepto de Impuestos, tasas y contribuciones; Ingresos brutos; Regalías, Servidumbres y Cánones; y retenciones a la exportación. Aportó más de dos veces el importe ganado.
4. La empresa no invirtió más, pudiendo hacerlo.
FALSO: Repsol-YPF pasó de tener una rentabilidad bruta (venta menos costos) del 46,5% por cada $100 que vendía en el 2003, a menos de la mitad en el último balance. ¿Motivos? La política energética, demagógica e improvisada, que le impuso precios máximos al combustible, al gas, al petróleo, y los derivados.
5. El Estado finalmente tomó cartas en el asunto.
FALSO: El Gobierno tiene desde hace mucho tiempo un representante en la Mesa de Directorio de la empresa. Fue el Gobierno quien aprobó uno tras otro el reparto de dividendos de Repsol-YPF, sin que importe la supuesta falta de inversión. Hoy, que por cuestiones políticas se hace imperioso un golpe de efecto, se critica lo que ayer se aprobaba.
6. La empresa será más eficiente.
FALSO: Esperemos sentados el deterioro y desabastecimiento que acostumbran las empresas públicas. El Gobierno se hace cargo de una empresa endeudada, sin contar con recursos para explotar el subsuelo, y habiendo destruido la confianza internacional para invertir. Además tendrá que pagar caro por las acciones expropiadas. No es imaginable de ningún modo una YPF superavitaria. Sólo es cuestión de tiempo, para que esto se vea.