Logo diario sur villa constitución

2003-2007: un período clave del gobierno de Horacio Vaquié

La edición Nº 438 de Diario EL SUR del martes 2 de septiembre de 2007, reflejaba la tercera victoria de Horacio Vaquié en elecciones a intendente.
La edición Nº 438 de Diario EL SUR del martes 2 de septiembre de 2007, reflejaba la tercera victoria de Horacio Vaquié en elecciones a intendente.

POR MARIANO FORTUNA

En  línea con el trabajo comenzado meses atrás, en pos de recabar y comparar algunos hechos de la historia reciente que permitan explicar el extenso derrotero político de Horacio Vaquié como intendente municipal, nos encontramos con los períodos reelectivos de los años 2003 y 2007. Etapa que cuenta con la situación paradojal de contener al mismo tiempo, la consolidación ejecutiva del “vaquierismo”, y los primeros síntomas que minarían tiempo después su continuidad.

Como se señaló en columnas anteriores, Vaquié, al igual que la Malugani, asume en un contexto marcado por turbulencias macroeconómicas que impactan de lleno en la realidad local. Luego de haber campeado sus primeros cuatro años (1999-2003) con relativo éxito, “Cacho” sale fortalecido de una gestión centrada en lo que podría llamarse una recuperación y/o reordenamiento del Estado municipal. Con el hándicap de una gestión airosa, Vaquié se encuentra en ese momento con el suficiente capital político para disputar seriamente la intendencia, y lo logra. ¿Por qué? Se preguntará el lector de esta columna; y la respuesta es la usual: por virtudes propias y colaboración ajena. Además de lo bien parado que sale el actual mandatario de su primer gobierno, equilibrando las arcas y apaciguando los conflictos internos, entre ellos, el sindical; debe observarse como se termina de configurar la puesta en escena electoral de ese momento, con la candidatura del eterno Jorge Malugani, quien aún pisaba fuerte en el plato peronista.

Eclipsando a sus compañeros pejotistas, el “Polaco” consigue arrogarse sin mayor competencia  interna la posibilidad de lanzar una doble candidatura simultánea (a senador e intendente); ofreciéndole la posibilidad a Vaquié de apuntar todo su arsenal discursivo al corazón de las críticas de los últimos años de gestión maluganista.

“Cacho”, se topa así con la némesis política ideal, una figura lo suficientemente opuesta que le permitiría reforzar su figura como piloto de emergencia en una tormenta gestada por su antecesor, de la que aún no se había salido por completo. El latiguillo discursivo de comparación con gestiones previas le funcionó tan bien a Vaquié, que lo terminó utilizando hasta el día de hoy, cuando lo separa la friolera de 16 años de aquellos tiempos complejos.

Lo cierto es que en 2003, “Cacho” asesta un golpe por partida doble, que tendría eco en su siguiente reelección. Por un lado, corre definitivamente de la escena local a su principal opositor, Jorge Malugani, ganándole en las urnas por una diferencia de 3.558 votos. Y por otro, le quita referencia de peso al justicialismo, que desde allí se embarca en un penoso proceso de reconstrucción, que le costaría largos años de marginación del Ejecutivo municipal.

Otro mandato

Para 2007 el mandato era otro; el país ya se encontraba en proceso de recuperación de algunos indicadores económicos pre- crisis, que permitía comenzar a enfocar la atención sobre cuestiones algo más alejadas de las primeras e imperiosas necesidades. Lo que durante el período 1999-2003 era un reclamo centrado en el área de Acción Social, como respuesta al cachetazo que le había dado el sistema a un numeroso grupo de vecinos; en el tramo 2003-2007 se había convertido en demandas relacionadas a los servicios; específicamente, en materia de transporte, la preocupación por la disposición final de la basura de la ciudad, la actualización del plan regulador; al tiempo en que comienza a despuntar con fuerza la cuestión de la inseguridad (punto fundamental para entender lo que pasó después). Para ese tiempo, “Cacho” continuaba ufanándose de administrar una “Municipalidad saneada”, y pedía a la ciudadanía “otra oportunidad” para culminar proyectos como la creación del Parque industrial, la compra del predio de la ex Cilsa, la primera etapa del paseo costanero, entre otras obras menores de iluminación y pavimentación.

En materia política electoral, las elecciones de 2007, que significaron la segunda reelección de Horacio Vaquié; se dieron en un escenario completamente distinto, donde la oposición más firme arribó desde su propio espacio. Si bien llegada la tercera contienda electoral de “Cacho”, el calor del Estado había hecho lo suyo, convirtiendo en funcionarios a aquellos que otrora habían sido “fuego amigo”, y ahora jugaban fuertemente para mantener cierto status quo; una rama radical representada por Germán Giacomino casi logra ponerlo en aprietos; provocándole a  “Cacho” más sofocones en las primarias, que Oscar Heredia (candidato del PJ) en las generales. Teoría conspirativa más, teoría conspirativa menos sobre cómo se liquidó esa interna. Sentado sobre los botines de guerra que cosechó cuatro años antes, en 2007, Horacio Vaquié bloquea todo intento de resistencia intra partidaria; y recoge los frutos de una oposición aún tambaleante; lo cual le permite sentar las bases para apoltronarse cómodamente en lo más alto del edificio institucional villense por dos mandatos más.

El interregno 2003-2007, guarda una situación paradojal, no sólo en la construcción política, sino también en las problemáticas que luego serían motivos centrales de la derrota del oficialismo en 2015. Este es el momento del cambio de roles; al compás que el justicialismo corre a Malugani del centro de su sistema solar, el radicalismo pone a Vaquié en el suyo; permitiendo que el vicio de agotar los espacios políticos en personalismos ejecutivos se mude de un espacio a otro y continúe. Pero también es el tiempo en el que comienzan a sondearse los primeros chispazos de la inseguridad y sus derivados, que en años posteriores será  el espejo que refleje los déficits en el tratamiento de temas estructurales por parte del Municipio, y que termina catapultando a Vaquié de la intendencia.

Si como dice el proverbio, “toda victoria se convierte en derrota si no es el comienzo de una nueva lucha”, luego de 16 años se abre una nueva etapa, y la posibilidad de que los espacio políticos locales no vuelvan a caer en los mismos tropiezos.

 

 

 

 

Compartir en redes:

Facebook
Twitter
LinkedIn
Pinterest

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Últimas noticias
Categorias

Subscribite a nuestro newsletter

Recibi un resumen de las noticias mas importantes y la edición digital.